Las palabras, no solo pueden crear emociones, sino también acciones, y
de nuestras acciones, fluyen los resultados en nuestra vida.
Las palabras pueden hacernos llorar o reír, pueden producir dolor o placer,
con ellas podemos mostrar nuestras intenciones, deseos y emociones.

Debemos de llenar nuestro vocabulario con palabras positivas y
potenciadoras, ya que esto nos llevará a pensamientos positivos y
capacitadores, y a estados emocionales que nos permitan acceder a todos los
recursos que llevamos dentro.
La mayoría de nosotros, elegimos nuestro vocabulario de manera
inconsciente, y esto nos lleva a entorpecer nuestro rumbo cuando ya lo hemos
elegido, a desviarnos del camino marcado.
Ampliemos pues nuestro vocabulario, porque con un rico vocabulario,
podemos etiquetar mejor nuestros sentimientos y emociones, puesto que estos se
pueden manifestar con mayor o menor intensidad, y no debemos llamar enfado, a
una simple molestia o incomodidad, porque si lo hacemos, inconscientemente
estamos intensificando esa emoción negativa y convirtiéndola realmente en un
enfado.
Las creencias de nuestra mente, se formaron con palabras, y con
palabras, las podemos modificar.

·
Bien por excelente.
·
Contento
por radiante.
·
Seguro
por poderoso.
·
Enfadado
por incomodo.
·
Preocupado
por inquieto.
·
Cabreado por
molesto.
Haciendo esto de manera habitual, al final que convierte en un habito automático
e inconsciente, con todas las ventajas ya descritas. Dispondremos así de otro
recurso poderoso que nos llevará a alcanzar nuestras metas.
ANÍMATE A PROBAR, NO CUESTA NADA Y ES UN RECURSO MUY PODEROSO.